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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Si Marino es TRIPOLAR, yo también lo soy.

Y Marino siempre será mi Marino, el que se come las flores y me alegra los días, el que me toca como y cuándo quiere y me golpea con toda la sinceridad que guarda, el que no esconde, el que está fuera de los espejos, el que confía. Hay cosas que se quedan para siempre aunque otras vayan y vengan y yo me quedo contigo desde ese primer día en que nos vimos hasta que no podamos vernos.

Me quedo contigo.





Puerta de la sala Galileo Galilei, fotografía de Felipe Muñoz

Lo que ocurrió ayer creo que no puedo contarlo como debería, ya habrá gente que lo haga, mucha gente, sólo os diré que el disco es Marino sin sombras, disfraces ni mentiras, sólo él, ha hecho lo que quería rodeado de gente que en vez de hacerle cambiar de idea le ha apoyado y ayudado en sus locuras y decisiones. La presentación fue TRIPOLAR pero a lo grande, bonita, cuidada, con invitados que forman parte de su vida y trayectoria desde que llegó a nosotros (Andrés Lewin, Andrés Suárez, Marwan, Luis Ramiro, María Rozalén, Diego Ojeda, Diego Cantero, Fran Fernández...), con regalos como cantantes de ópera, cuarteto de cuerdas y una banda muy cuidada, todo se queda pequeño para ese público que tanto le quiere.

¡QUE TIENE UN DISCO! 



#MarinoSaiz #TRIPOLAR


En nada empezarán a subir vídeos, fotos, photocall y cositas para los curiosos, para los que quieran verlo por que no pudieron estar o para los que necesitan volver a vivirlo.


Y si ya antes volaba, ahora volará más, conquistará todos los rincones que quiera y que aún no haya conquistado y se os meterá en los bolsillos que tenéis escondidos en los forros de la ropa, y ya veréis, no saldrá nunca. Acordaos de esto, si él llega a vuestras vidas, es para siempre.


Feliz de haberlo visto llegar y quedarse.


#YoSoyTRIPOLAR




LA FAROLA


Listo, preparado y arreglado,
cojo el ascensor con dirección al centro,
que he quedado hace ya un rato 
y llego tarde.


Como siempre está lloviendo en la ciudad, 
¡Pues vaya un asco!
Tengo que ir despacio por si acaso
vuelvo a resbalar con el suelo mojado.


Y además las luces están apagadas
y se ha roto mi triste paraguas
que compré en un “chino” de Gran Vía,
prometiéndome que era de calidad.


Y ahora me encuentro como un tonto
en medio de la calle;
con los pies mojados,
condenando y maldiciendo al tiempo.


Y así no aguanto más
las cosas del azar.
Que jueguen con otro
que esté más estable que yo.


Dos y tres llamadas, seis perdidas;
diez por ciento de la batería.
Crece la ansiedad a cada paso
en esta calle oscura.


Las farolas duermen por la noche,
paradoja de este barrio tan acomodado
en el que me mudé para vivir tranquilo.


Sin saber la que se avecinaba, 
fui saltando charcos a horcajadas
procurando no mojarme la entrepierna.


Descansé junto a aquella farola
y al mirarla frente a frente,
yo me levanté para tocarla
y en el mismo instante en que lo hice…


Se encendió su luz
-¿Qué diablos eres tú?
Le pregunté a ese ser.
No contestó y pensé:


Son adelantos del destino. 
Tras caer y caer,
un día se enciende el camino 
y puedes ver.


Son adelantos…


También puedes ver...