Acabada la primera temporada de Sleepy Hollow, la segunda de Grimm sólo empezada, Agentes de Shield casi acabando también, la sexta de True Blood esperando a que le hinque el diente, y la última de Sobrenatural y Era se una vez en el mismo estado.
Ya pasé por muchas otras que siempre estarán conmigo cono Doctor en Alaska, Twin Peaks, Las chicas Gilmore, Sexo en Nueva York...y otras tantas que me dejo, en su mayoría la rareza predomina.
No dejo lugar a dudas sobre gustos en lo que os he contado arriba de las series que frecuento, veo muchas otras, pero éstas son de las que veo de principio a fin sí o sí y espero otra temporada, y otra, y otra. El placer de tener tiempo para sentarte a disfrutar de cualquier aventura con pipas, una botella de agua, como mucho unas palomitas y mi vapeador, es placer, no prestarle atención a ninguna otra cosa en ese momento. Sales de una vida normal para entrar en cualquier otro mundo, por supuesto nada comparable a meterse en un libro, pero amigos míos, ese es otro momento a disfrutar y otro día de blog.
Os dejo con algo de Iván Ferreiro, maestro de maestros.
METEORO Y EL SEÑOR CONEJO
Después del tremendo huracán,
el timón perdió el sentido,
se rasgó la vela principal
y yo salté muy pronto.
Se fue el ruido sideral,
también la gente de papel,
da igual, no les querías ver,
pero quizás vuelvan alguna vez.
De pie veo suceder lo que ocurrió,
lo que nunca encajé.
Estaré muy cerca de ahí
para salvar a toda la ciudad.
Mirad, parece sonreír,
no será que es el demonio.
Un chico así jamás debió pasar,
¡oh, Dios!, terrible engaño.
Qué hacer con todo ese rumor
es aprender todo lo que aprendí.
¿Cómo escuchar con todo este follón
a quien creer, a Dios o al corazón...?
